jueves, 24 de noviembre de 2011

Reformas liberales de 1833

LA REFORMA LIBERAL
GÒMEZ FARIAS EN LA PRESIDENCIA EL 1 de abril de 1833 se inició el nuevo período gubernamental, en el que debía ocupar la Presidencia de la República el general Antonio López de Santa Anna; pero como este no se presento hasta el  16 de mayo, se encargo interinamente del gobierno el Vicepresidente, don Valentín Gómez Farías, representante de la clase media liberal.
Entre 1833 y 1855, Santa Anna gobernó a México en once periodos diferentes. Su falta de convicciones políticas lo hicieron fluctuar del partido liberal al conservador, y su actuación casi siempre estuvo condenado al fracaso.
Gómez Farías, considerando que para  el progreso del país era necesario que el gobierno estuviese fuera de la influencia del clero y de los elementos conservadores, dictó las leyes que habían de transformar las condiciones sociales y políticas del país.
Por tal razón se considera a Gómez Farías como el patriarca de las reformas de liberalismo y el precursor de la reforma, que consumó años mas tardes don Benito Juárez.
INICIACION DE LA REFORMA El grupo reformista estaba formado por la pequeña burguesía que trataba de desplazar a los españoles en los asuntos económicos, y por los nuevos políticos que ambicionaban los puestos públicos al frente de los cuales se hallaban distinguidos intelectuales, como el doctor José María Luis Mora y Lorenzo de Zavala.
Con el apoyo de Gómez Farías, y con el programa liberal avanzado durante el año de 1833 y principios del 34 se fueron expidiendo varias leyes destinadas a destruir las instituciones y los privilegios de las clases que significaban un obstáculo para la marcha progresista del país.
EL PROGRAMA REFORMISTA
El programa reformista consistía en extirpar de raíz la influencia del clero y del ejercito en la marcha del gobierno, y convertir al país en una nación libre de sus viejas tradiciones y el despotismo colonial.
Para  ello era necesario acabar con los privilegios del clero y subordinarlo al Estado hacer una distribución menos injusta de los bienes que el clero y las clases privilegiadas habían acumulado, decretar la libertad de cultos y separar la iglesia del Estado.
Hacer la enseñanza obligatoria, fundando escuelas en los pequeños poblados; crear institutos de enseñanza superior y profesional en que se diera preferencia a los conocimientos científicos; pugnar por la libertad de prensa y por la difusión de la lectura.
REFORMA ECLESIASTICAS
Ante todo era indispensable que la Iglesia reconociera al Estado mexicano el derecho de patrimonio eclesiástico que el rey había ejercido sobre ella; y que esta se negaba aceptar, pretendiendo hacerse independiente del poder civil y quedar subordinada sólo al Papa.
Para librar a los agricultores de la obligación civil de pagar el diezmo eclesiástico, se dicto la ley relativa, dejando el pago de los diezmos al dictado de la conciencia de los causantes, coacción por parte del Estado.
REFORMAS DEL EJERCITO
Para que la reforma que planteaba la clase media liberal fuese afectiva: era necesario también destruir la fuerza del estado hasta entonces los destinos del país.
El ejército, en vez de sostener al gobierno constituido, luchaba por derrocarlo para pone otro nuevo que lo apoyara en sus demandas; pues en los jefes reinaba el espíritu de rebelión el apetito inmoderado de riquezas y ascensos y reclamaban, además, el fuero, porque con el quedaban casi impunes a sus delitos.
Por tales razones se dispuso disolver todos los cuerpos del ejército que se hubieran sublevado contra el gobierno (15 de noviembre de 1833). A demás se acordó reducir el ejército permanente seis batallones de infanterías y seis regimientos de caballería y disminuir el número de altos jefes del ejército.
                  REFORMAS HACENDARIAS
Ante el estado de bancarrota en que se hallaba el erario nacional, el gobierno tenia que recurrir frecuentemente en demanda de prestamos a los agiotistas.




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